Tengo que reconocer que no soy una gran bebedora de alcohol, soy bastante rara porque no me gusta el sabor, ni de la cerveza, ni el whisky, ni nada así. De hecho, en algunas ocasiones soy el blanco de algunas bromas de mis amigos, porque lo único que consigo beber es el Ponche, y no lo encuentro en cualquier sitio.
En casa, los fines de semana, a mis padres les gusta tomarse una compita de licor y concretamente a mi madre, el que mas le gusta es el Baileys.
Y buscando y mirando por la red, he encontrado esta receta que en casa ha triunfado.
La recomiendo cien por cien.
La receta la he recuperado de El arca de los recuerdos.
150 ml de dulce de leche
1cucharadita de café instantáneo
100 ml de coñac
200 ml de nata liquida
1 cucharadita de extracto de vainilla
Lo primero que debemos hacer es disolver el café instantáneo en una cucharada de agua hirviendo.
Ponemos el dulce de leche en un bol y añadimos el café, la vainilla y el coñac.
Agregamos la nata liquida y removemos.
El resultado será una crema de color caramelo. Pero al contrario de la original, al no llevar conservantes, debemos guardarla en una botella de cristal en la nevera.
Antes de servir debemos agitarla muy, muy bien.
Lo ideal es servirlo con hielo.
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